martes, 31 de marzo de 2009

Las pruebas silenciosas

Las pruebas silenciosas
Iñaki Egaña

Vivimos en un mundo irreal, lleno de falacias, mentiras y, como diría un cineasta, cintas de video. El matemático libanés Nassim Taleb, nos recordaba una historia que contaba hace más de dos mil años el romano Cicerón. A un tal Diágoras, que no creía en los dioses, le presentaron unas tablillas de unos fieles que sobrevivieron a un naufragio de la manera más sencilla: rezando.

De la representación se deducía que la oración y la fe le protegen a uno de morir ahogado. Acto seguido Diágoras preguntó: “¿Dónde están las tablillas de quienes oraron y luego se ahogaron?”. Evidentemente los muertos no hablan, no existen milagros para ellos.

A esta demostración se le denomina el problema de las pruebas silenciosas. No voy a inventar su significado, sino simplemente traer sus interpretaciones, que se utilizan, sobre todo, en economía y en historia. Éstas no tiene demasiada reserva tras la fábula de Cicerón: hacemos historia, del pasado y del presente, con dos o tres datos que generalizamos, a veces de manera inconsciente y, con motivación política, de manera consciente. Es más lo que desconocemos que lo que sabemos.

Las llamadas pruebas silenciosas pondrían patas arriba muchas de las creencias de nuestros días.
A la actualidad me remito para que el pasado nos resulte comprensible. Se han celebrado elecciones a diputados para el Parlamento de la Comunidad Autónoma Vasca. Los llamados a las urnas eran un total de 1.732.340 mayores de 18 años. Una cifra respetable. El partido llamado a liderar el cambio ha obtenido 315.893 votos, otra cifra importante. El conservador que ha anunciado su apoyo, ha logrado 144.944. Entre ambos, los dos grandes contendientes en la gestión del Gobierno del Reino de España, habrían obtenido 460.837, 22.002 más si a esas formaciones se les sumaría las del proyecto neofalangista de UPD. Entre las tres formaciones, un 27,8% de los llamados a votar. Una cifra importante, nuevamente, que, sin embargo, llama al escepticismo en la interpretación política. Si nos atuviéramos a los comentarios que escuchamos y oímos en algunos medios, se ha producido una revolución electoral y democrática, que nos acerca a un nuevo horizonte.

Las que serán en unos años pruebas silenciosas, en cambio, nos transmiten un escenario alejado del real. Dos formaciones políticas vieron prohibida su participación en la pugna electoral. Dirigentes de otras tantas fueron encarcelados previamente, en ocasiones para evitar su regeneración. Algunos, sin pudor, fueron excarcelados tras conocerse los resultados. La abstención fue notoria, asimismo: 634.833 votantes no quisieron serlo. No votaron. Si a estas alturas se oculta lo evidente, ¿qué sucederá dentro de dos décadas cuando algún historiador interprete el inicio de la legislatura?
El presente está sesgado y, el pasado, también. Pocos pero poderosos intereses, en general económicos y en particular, de hegemonía, participan en el mantenimiento del estatus. Las pruebas silenciosas, ahí están. Las conocemos de sobra, nos las dicta la lógica y, gracias a la estadística, sabemos que marcan el devenir diario y el colectivo como los agujeros negros: no se ven pero se sienten. Si el presente se convierte en pasado, desaparecen.

Cuando sucedieron en Madrid los atentados del 11M, el partido entonces en el Gobierno intentó silenciar la evidencia, convirtiéndose en el paradigma de que el sesgo en la información puede trocarse en una función diabólica. Todavía resuenan las mentiras del “historiador” Jaime I. del Burgo, avalando las tesis de sus compañeros liderados por el “estadista” J. M. Aznar. Hasta el Consejo de Naciones Unidas mantuvo una tesis equivocada. Las pruebas de hecho fueron convertidas en silenciosas y éstas en evidencias. El mundo al revés.

Con el 11S en EEUU sucedió otra paradoja. Los accidentes automovilísticos crecieron de una manera astronómica. Muchísima gente se contagió del pánico a volar, lo que provocó que una muchedumbre no habitual se echara a la carretera, en viajes habitualmente largos. Los accidentes se multiplicaron, sobre todo en EEUU, resultando que las victimas indirectas de los atentados de aquel 11S fueron más numerosas que las directas. ¿Alguien achacó a las compañías automovilísticas las muertes? ¿Felicitaron las petroleras a Ben Laden? ¿Se ciscaron en los jihadistas los cobradores de autopistas? No he oído nada sobre ese tema. Si entráramos en las guerras abiertas por Washington a partir de aquel día, las victimas se multiplicarían geométricamente.
Con las victimas existe, asimismo, un trabajado silencio. Las llamadas del terrorismo han completado el ciclo al que las organizaciones de derechos humanos una vez definieron como imprescindible para cerrar la herida: verdad, justicia y reparación. Se conoce, más o menos, la verdad de lo sucedido, a través de toneladas de papel de investigación policial y judicial. Miles de ciudadanos han sido encarcelados, algunos incluso muertos, por ello. Se les aplicó la ley y el código penal. Y finalmente, la reparación llegó de la mano de indemnizaciones económicas y el reconocimiento institucional. No es su caso, en consecuencia, el del silencio.

A partir de ahí, el resto de víctimas no existen. Las del Estado jamás han sido reconocidas. En su época más reciente, cuando la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco presentó un informe (junio, 2008) en el que aparecían 108 muertos y 538 heridos causados por fuerzas policiales, militares o paramilitares, en los últimos 30 años, la reacción de los dos grupos que se han relevado en el Gobierno central fue visceral. Llama la atención la virulencia con la que fue tratado el director de dicha comisión. Las hemerotecas son testigos.

Con relación al franquismo, la reacción de quienes gestionan precisamente el Estado ha sido similar. Olvido, es decir silencio. Cuando no hay pruebas, cuando algo queda sin justificación, finalmente se dice que no ha existido. Es de lógica. Yo mismo lo firmo. ¿Cómo puedo creer o interpretar algo de lo que no hay constancia? Como si se tratase de Objetos Voladores No Identificados, ¿quién puede hablarnos de las decenas de miles de victimas de esa época si el Estado, el que ejerció de victimario, jamás las ha reconocido como tales? Las pruebas silenciosas se esfuman cada día que pasa, desaparecen engullidas por el más voraz de los exterminadores: el tiempo. Y aquellas victimas lo serán para siempre, con el agravante que nadie, jamás, les reconoció su condición. Nunca habrán acreditado la verdad, jamás se hizo justicia con ellos y, menos aún, nadie reparó aquella villanía.

La indignidad sube de tono cuando hijos y nietos de esa época son responsables del ocultamiento de hoy. Los unos por omisión y los otros por alusión. Como en el cuadro de Goya cuando Saturno devoraba a uno de sus hijos, los de la omisión olvidan qué sucedió cuando fueron condenados al exilio, a la muerte azul que diría Fermín Valencia, o a las mazmorras inmundas. Uno de los hijos es, precisamente, quien se ha levantado contra su padre Saturno y lo devora para poder jugar en el tablero del intercambio político. ¡Qué vergüenza!

Los de la alusión, por otra parte, siguen con su lógica. Desde tiempos inmemoriales renegaron de todo. Silenciaron cuando había que hacerlo y si el guión coyuntural lo exigía, lo hicieron a punta de pistola. A veces tengo la impresión de que somos unos privilegiados. Y lo digo con mucha precaución porque habrá más de uno y más de mil que se enojen con esta impresión. Con razón. Digo que somos unos privilegiados porque de nacer en otros tiempos ideas como las que defendemos hubieran supuesto la muerte, la cárcel o el exilio. Para la mayoría.

Hace unos días me topé con el expediente que le abrió un “juez” militar a Bienvenida Aguirrezabala. Su lectura me animó a escribir este artículo sobre las pruebas silenciosas. Bienvenida fue detenida en Tolosa. Le cortaron el pelo al cero como represalia a su antipatía a Franco. Según la sentencia, “marchó de dicha villa a Bilbao y se exhibió en un teatro haciendo valer el corte de pelo para contribuir a la campaña difamatoria contra la España Nacional”. La vecina de Tolosa fue condenada a prisión, por “adhesión a la rebelión”. Como resulta obvio, lo trascendental no era la represión, sino que se supiera de ella. ¡Qué poco hemos avanzado!

Aberria, Euskera, Geroa

Euskadi da euskaldunon aberria. Este viejo lema es el elemento que nos une a muchos en sentimientos, aspiraciones, deseos y compromiso en algo más que un ideal que transmitimos de padres a hijas, de aitites a nietos. Nuestro pasado es nuestra tradición, lo que fuimos, lo que nos hace ser lo que somos hoy y la base de nuestro futuro. En vísperas del Aberri Eguna y con la Korrika recorriendo nuestro país, y con un fin de ciclo en lehendakaritza, se impone una reflexión. Una reflexión profunda. Durante los próximos 2 años podremos parar la maquinaria que nos ha mantenido, tal vez, en una nube de autocomplacencia en la creencia firme de que nuestro país estaba a salvo si nosotros lo gestionábamos. Debemos mirar al pasado, mirar al presente para poder alcanzar un futuro entre todos.

Aberria gurea da. Nuestro país, Euskadi. La primera reflexión debe ser que hemos hecho con nuestro país. Serenamente pero sin pausa se impone un balance de 30 años de autogobierno. Analizar en que se ha fallado con generosidad en el análisis y sin limites, siempre a nivel interno, de cuales han sido los errores para evitar repetirlos en el futuro. ¿Qué hemos hecho mal para que el gobierno entre el PP y el PSOE sea posible? ¿Qué vamos a hacer para que la ciudadanía vuelva a confiar en nosotros? Empezando por que tanto en el análisis como en su puesta en marcha como en su evaluación continua debe ser un proceso en el que participe nuestra sociedad. Implicarla en el futuro de nuestro país debe ser el primer paso para que esa mayoría social que aún vota en clave de país se traduzca en el futuro en una mayoría en las urnas. Un pueblo vivo y unido es el mejor antídoto a las políticas anti vasquistas de Basagoiti y Lopez.

Euskera. Nuestra lengua, la lengua de vascas y vascos, condición imprescindible para ser euskaldun: el que posee el euskera. De una manera contundente nos daremos cuenta de que es el Naparheid trasladado a la Comunidad de Euskadi. El absoluto desprecio del PP al euskera con el consentimiento explicito del PSOE nos traerá un conato de retroceso del euskera, pero lo que Franco no consiguió, que no lo consigan Basagoiti y Patxi López. Porque ellos deberían ser los primeros en defender y conservar un patrimonio de vascas y vascos que no sólo es elemento histórico en la península ibérica, sino la lengua más antigua de Europa. Una lengua es mucho más que una forma de entenderse. Es una forma de ver el mundo, la sociedad en la que estamos, el país. Un idioma incorpora una forma de ser y de sentirse. No me refiero a la identidad, sino que es un medio para relacionarse con el entorno, tanto natural como humano y tiene un mensaje en si mismo. Y como lengua en dificultades merece ser protegida frente a una lengua de más de 400 millones de habitantes. Si el modelo D fuera el único, nuestras hijas e hijos seguirían aprendiendo, de una forma u otra a expresarse en castellano allí donde este es dueño y señor: en la calle, con los amigos, en el trabajo…

Geroa. De la reflexión profunda, participativa, plural, pues los que pensamos en clave de país somos diferentes y el pensamiento único es un elemento contrario al ser y sentir vasco, tiene que salir conclusiones claras y un plan de trabajo. Una hoja de ruta de lo que queramos que sea este país en el futuro. Pero sería un error pensar en clave de las próximas elecciones al Parlamento Vasco. Tenemos la oportunidad única de pararnos a pensar en clave de nuestro futuro colectivo. Debemos pensar no sólo en la próxima década sino en la próxima generación de vascas y vascos. De cómo vamos a poner las bases de nuestro futuro para garantizar que lo que queremos pueda ser legado a nuestros futuros herederos: el euskera y nuestro país. Un país que, lejos de nucleares en torno al folclore, mantenga sus señas de identidad en pie de igualdad con el resto de pueblos de Europa y el mundo.

Aberria ta euskera geroan. O cambiando las palabras Abertzaleren elkartasuna guztiok. Todo aquel que se sienta identificado con la defensa de nuestra lengua y de que los que aquí vivimos y trabajamos tenemos el derecho a decidir aquí nuestro futuro se sentirán conmovidos en este momento de zozobra y quien sabe si de desilusión. Pero tenemos que tener claro que el futuro puede y debe ser nuestro. Aparquemos diferencias, lamámonos las heridas entre nosotros, sepámonos perdonar los errores que sin duda hemos cometido en 30 años de historia reciente, y con paso firme, sin pausa, comencemos a andar el camino hacia la salida de este túnel en el que todavía no hemos entrado, pero que comprobaremos muy pronto. Y en el proceso, que puede venir jalonado de convenciones, jornadas y congresos, abrir el melón de la doble cara de la moneda: que la construcción de la nación vasca es indisoluble de la construcción de la sociedad vasca. Este es uno de los para que. Porque la toma de decisiones aquí beneficia social y económicamente a los que aquí vivimos, aunque sólo fuera por proximidad y conocimiento de las necesidades de nuestra sociedad.


Ibarretxe estuvo en Madrid para escuchar de boca de Zapatero que si vivimos juntos, debemos decidir juntos. La respuesta es sencilla. Primero debemos decidir si queremos vivir juntos. Si nadie le puede forzar a una mujer a continuar con su matrimonio contra su voluntad y yo no he de consultar al presidente de mi escalera si quiero vender mi piso e irme al barrio de al lado, creo que es aplicable la máxima de que en la Euskadi y en la Europa del siglo XXI, faro de libertad y esperanza del mundo, la sociedad vasca debe poder tener la oportunidad de serenarse, reflexionar, reconocerse a si misma y poder avanzar, todos juntos en la dirección que adoptemos. Con la clara voluntad de ser para decidir.

miércoles, 25 de marzo de 2009

kaixo,

kaixo,

Me suelo pasar alguna vez por la version web de este grupo:
http://es.groups.yahoo.com/group/vascos-diaspora

Como el nivel de posts y el feedback es bajo, no le sigo mucho mas. Ya me gustaria que fuera un poco mas activo el grupo, pero bueno hay lo que hay, y sin mas vueltas.

Ya me gustaria que Joseba me contestara, aunque fuera para mandarme a tomar aire, por los ladrillos que le escribe, hace ya agunos meses. Y aprovechar la replica para hablar de cualquier cosa, que se yo, siguiendo los signos, para perderme en la pista de aquella candida jovencita que la hicieron cristianisima patrona de herejes y endemoniados, o buscar el monasterio oculto de Irati o deletrear el curso del escondido laberinto de Durango o las pinturas desparecidas del idolo de Mikeldi o la otra geografia no estaria, la vasca. Da igual.

Por hablar de algo, como quien no quiere la cosa, tras las elecciones parece que le han comido la lengua al gato, ni miau se oye. Tras el espectaculo que dio el Gobierno de Gasteiz, organizando oposiciones express para convocando una muy rapidisima "oferta publica de empleo", a saber para "reconvertir" puestos politicos en puestos funcionariales, no se vayan a quedar algunos sin entrar nomina. En el trasunto de los dias, hasta han hablado de una posible reactivacion politica del JosuJon (como si lo hubiera dejado desde su retiro empresarial en Petronor), y mientras tanto estos dias se ha producido el deceso de Gorka Agirre, que en paz descanse.

El loable intento de hacer un Aberri Eguna unitario, que no lo sera como es todos los años, pero es importante la convocatoria de Nazio Eztabaida.

Mientras cae a plomo, la crisis, que todo lo puede. En unos dias (2/abril) se producira la reunion de Londres, del G-20, que no servira para mucho. Porque ni saben cual es la solucion, o si la saben es inasumible para ellos, todos los demas pintamos un carajo. El cambio completo de las reglas del juego, que no son otras que la ausencia de reglas con que la que se han agasajado en este festin de delicuentes. La expectativa es una descomposicion de tal magnitud y a escala global, que trasciende mucho mas que la esfera economica; de esta crisis veremos destruirse estados y crearse otros nuevos. Y esto por si mismo no puede ser ni bueno ni malo, sino que lo malo sera que eclosionara un escenario revuelto en una maraña de guerras, de malditas guerras, todas ellas.

Algunos que se dicen optimistas, afirman que las crisis son oportunidades, y se quedan tan anchos como si de una verdad profunda se tratara. Si hay oportunidades, las crisis pueden serlo tambien para los pueblos. Si de la crisis hablamos, me quedo con aquello que escribio nuestro Blas de Otero, "Aqui no se salva ni dios, ¡lo asesinaron", y desde el otro lado, me suena la otra frase de otro poeta, Bertold Brecht, "O todos o ninguno, uno solo no puede salvarse".

Bueno, pues otro dia me doy otra vuelta.

Agur bat denoi.

Ra-mon.-

Se busca título para un ex ministro

Se busca título para un ex ministro

Ignoro si pueda ser nombrado como conde, ungido como marqués o elevado a la categoría de duque, pero el ex ministro de Justicia y diputado socialista Mariano Bermejo merece más que nadie un título nobiliario que lo acredite, también a él, como Grande de España.

Y es que el Excelentísimo Señor Bermejo, a quien ya me apresuro a llamar conde, en febrero de este año, y no obstante las múltiples ocupaciones del cargo que desempeñaba como ministro de Justicia del reino Borbón, sea ilegalizando derechos humanos o acudiendo a partidas de caza sin licencia, todavía encontró tiempo en su febril agenda de trabajo para renovar honores a quienes honor merecen: entre otros eméritos patriotas, el Duque de Mola y el Duque Queipo de Llano, ambos Grandes de España.

Es verdad sí que, sin entrar a valorar sus actos, acaso el pensamiento del general Mola, aquel que decía: “Hay que sembrar el terror… eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros” pueda parecer inoportuno a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica que defiende los intereses de familiares de víctimas de la guerra pero, acaso porque nobleza obliga es que el político socialista ofreció con estas y otras renovaciones de títulos semejantes uno de los más nobles ejemplos de deslegitimación de la violencia que tanto preocupa al próximo lehendakari vasco, el también socialista Patxi López.

El general Queipo de Llano, renovado igualmente por el ministro socialista Bermejo al que ya me aventuro a nombrar duque, también ha sido homologado en su noble estirpe y, al igual que Mola, dejó para la historia genuinos manifiestos exultantes de virtuoso humanismo y cultura democrática como aquel en que azuzaba a sus oyentes por radio y afirmaba: “nuestros valientes legionarios han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad. Y, a la vez, a sus mujeres. Esto es totalmente justificado porque estos comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros, que si lo hiciereis así quedareis exentos de toda responsabilidad”.

No son los únicos, otros generales franquistas de parecidas trayectorias a los citados han sido encumbrados como nobles y grandes de España por el ex ministro Bermejo al que ya me decido a designar marqués.

Y poco importa que asociaciones de víctimas que aún buscan los despojos de sus familiares asesinados por montes y cunetas del país puedan sentirse ofendidas por la homologación del noble santoral, que siempre les quedará el consuelo de releer a Pablo Neruda y su poema Mola en los infiernos: “Es arrastrado el turbio mulo Mola, de precipicio en precipicio eterno, y como va el naufragio de ola en ola, desbaratado por azufre y cuerno, cocido en cal y hiel y disimulo, de antemano esperado en el infierno, va el infernal mulato, el Mola mulo, definitivamente turbio y tierno, con llamas en la cola y en el culo”.

Al ex ministro socialista Bermejo, el futuro, no lo dudo, le reserva la merecida gloria, aún no satisfecha, de ser enaltecido como marqués, como duque y como conde, Grande de España en cualquier caso.

Cronopiando... Koldo Campos Sagaseta

viernes, 20 de marzo de 2009

Coherencia

Antxon Belakortu

La acción política de Eusko Alkartasuna siempre ha roto moldes: nacimos de la coherencia de un grupo de políticos que se negaron a traicionar la palabra dada al electorado, uno de nuestros fundadores ha sido el único lehendakari que ha dimitido, en su día rechazamos la presidencia del Gobierno vasco porque quienes debían ser nuestros socios se negaron a transferir una competencia…

Y veintitrés años después, elegimos enfrentarnos a unas elecciones autonómicas que sabíamos que iban a ser vitales desde el camino de la coherencia, el que creíamos que aportaba algo al país, el que, como hace seis meses sólo sospechábamos y ahora hemos podido comprobar, era más difícil. Además, en un mundo en el que dicen que ningún político reconoce jamás un mal resultado electoral, Unai Ziarreta dio una lección de honestidad, reconoció el fracaso cosechado y puso su cargo a disposición del partido, de los militantes.

Los resultados electorales obligan a la reflexión. ¿Cómo ha conseguido el PNV desideologizar la sociedad hasta el punto de que abertzales cabales hayan votado pensando que lo importante es que el PNV esté en las instituciones y no la gestión que haga de las mismas? (fraudes del Guggenheim, Balenciaga y la Hacienda de Irun, descrédito de Osakidetza, marcha atrás en la defensa de la Ley de Consulta,…) ¿Qué garantía han visto los independentistas que han depositado su voto en el PNV de Urkullu, Bilbao y Ortuzar? En definitiva, ¿qué es lo que ha hecho tan mal el movimiento soberanista como para que haya muchos abertzales que crean que es imposible dar pasos adelante, o que no merece la pena intentarlo, y que no hay futuro fuera del autonomismo?

Por otra parte, no tenemos más remedio que bajar a la realidad y reconocer que muchos de los potenciales votantes de Eusko Alkartasuna, aquellos abertzales a quienes debía ilusionar la apuesta por el polo soberanista, han optado por otra opción. Independientemente de quienes piensan que Aralar tiene más votos prestados que propios, lo cierto es que ha conseguido una buena parte del pastel del espacio que Eusko Alkartasuna ocupa desde hace 23 años. ¿Por qué? Estamos absolutamente convencidos de que existen razones que se escapan de nuestras manos para que los resultados electorales hayan sido los que estamos sufriendo: polarización, campaña de descrédito por parte de tertulianos a sueldo, falta de apoyo de los medios de comunicación, desideologización de la sociedad…

Pero la reflexión sobre la situación en la que está el proyecto político en el que militamos queda coja sin la autocrítica: sólo desde un proyecto internamente cohesionado podremos recuperarnos, reestructurarnos y fortalecernos para estructurar ese espacio de unidad de fuerzas abertzales al que queremos llegar.

Un partido pequeño como Eusko Alkartasuna sólo puede trabajar, aportar y ser creíble desde la cohesión interna. Las discrepancias públicas son un coste que Eusko Alkartasuna no se puede permitir y lo sabemos, por lo que en el próximo Congreso deberemos ser coherentes con ello.

Si no fuera dramático sería cómico oír a determinados compañeros de partido decir que debemos recuperar las señas de identidad. ¡Pero si somos un partido que surgió como alternativa al PNV y quienes quieren recuperar nuestras señas de identidad nos quieren llevar a Sabin Etxea! También dicen que nuestros votantes son mayoritariamente partidarios de la coalición (con el PNV, claro, no hay otra), pero quien decide la línea ideológica del partido son los afiliados y afiliadas, y somos mayoritariamente, cada vez más mayoritariamente, partidarios de buscar otras alianzas, como ha quedado claro en los últimos congresos y asambleas nacionales. También dicen que hay que hacer un esfuerzo integrador dentro del partido. ¿Y qué hizo Unai en el último Congreso, donde la mayoría de la militancia exigía pasar el rodillo? Mucho le han agradecido algunos a Unai el esfuerzo integrador…

Nosotros queremos integrar y cohesionar el partido para tener un proyecto fuerte que ofrecer al país y a la unión de fuerzas soberanistas. Frente a esos que nos van a intentar convencer de que el fracaso electoral es fruto de una supuesta radicalización, y decimos supuesta porque Eusko Alkartasuna era tan independentista cuando logró unos resultados muy ilusionantes en las elecciones forales y municipales como cuando ha sufrido una importante fuga de votos en las autonómicas, nosotros vamos a defender que la única vía de avanzar en la consecución de nuestros objetivos políticos es la unión de los abertzales.

La opción independentista de izquierdas ha sido votada por 200.000 personas (100.000 mediante voto nulo). Si se hubieran dado las circunstancias para haber concurrido a las elecciones bajo una única candidatura, seríamos la tercera fuerza política y tendríamos capacidad para cambiar la situación, para influir en política.

Así pues, no se trata de elegir un camino más suave, más matizado en cuanto a sentimiento nacional. Pensamos que si algo bueno tiene el proyecto de Eusko Alkartasuna es que es meridianamente claro en sus planteamientos y objetivos políticos: somos independentistas y socialdemócratas, por lo tanto nos situamos en el espectro de la izquierda. Esto quiere decir que aspiramos a que una de las estrellas de la bandera de la UE represente a Euskal Herria, y que apostamos por un sistema socioeconómico basado en la igualdad de oportunidades y en la justicia social. Así de claro, así de sencillo.

Hay 200.000 personas en la CAV que piensan igual, que están dispuestos a trabajar para tener la confianza de la ciudadanía sin renunciar a sus ideales. Y es que no es cuestión de coyuntura o resultados electorales, para muchos ser militante de Eusko Alkartasuna es cuestión de convencimiento y de defensa de un proyecto concreto de país, que no es el sano regionalismo. Es cuestión de convencimiento y de tener claras las cosas: somos independentistas y de izquierda.

* Concejal de EA en Gasteiz. Firman además otros 22 cargos electos de Eusko Alkartasuna

miércoles, 18 de marzo de 2009

El gobierno enviado por la metrópoli

Articulo publicado en Insurgente

El gobierno enviado por la metrópoli

por Antonio Álvarez-Solís


Desde que los socialistas perdieron su alma en la guerra de 1914-18 al participar en aquel monstruoso conflicto imperialista -en el bando francés unos, en el alemán los otros- la degradación ideológica de la socialdemocracia se ha ido profundizando hasta convertir los partidos socialistas en portapalios de los estados reaccionarios. Con ese panorama al fondo es preciso analizar lo que está sucediendo en Euskadi.

El acuerdo entre «socialistas» y «populares» no es una monstruosidad, sino el fruto del papel político de la socialdemocracia. El PSOE es un partido poderoso del imperialismo español, hoy reducido al interior de las fronteras del Estado. Perdidas las últimas colonias americanas, asiáticas y africanas, quedan Catalunya y Euskadi para alimentar dos necesidades españolas: la sed de prestigio que ha angustiado secularmente a España -de ahí el tono heroico de sus manifestaciones, incluso las más irrelevantes- y la necesidad de bienes importantes que la España real nunca ha podido producir. Sin Catalunya y Euskadi España quedaría sumida en un ensimismamiento destructor.

Ante la posibilidad de que Euskadi y Catalunya consigan su liberación nacional, lo natural, dentro de una lógica reducida a la mayor simplicidad, es que los dos grandes partidos españoles se apresuren a unirse en la gobernación de las dos colonias internas. Hoy toca a Euskadi. El Gobierno que pueda formar el Sr. López no será un Gobierno vasco, sino un Gobierno metropolitano instalado en Gasteiz. Su finalidad no será, por tanto, la promoción de la nación vasca sino su explotación en beneficio de la imagen española, que se rompería con la liberación de la colonia, así como desaparecerían diversas regalías materiales. España necesita el espejo vasco o el catalán para verse dignamente.

Por otra parte, la capa social de los poderosos vascos siente una tendencia patológica a vascular sus principales apetencias hacia Madrid. Esto último es el fruto secular de centrar su vida en el marco de la corona española. «Socialistas» y «populares» no deben verse respecto a la periferia como dos partidos diferentes, sino como una fórmula única de dominio. De cualquier forma, como toda intervención colonial, esta colusión política rebotará violentamente en Madrid cuando llegue la hora del enfrentamiento electoral en el seno de España. Asimismo no cabe obviar la sensación de derrota que experimentarán las ingenuas bases socialistas vascas al constatar el compromiso dado a sus votos en Euskadi.

U na de las entretelas más incómodas que quedarán al aire en esta operación será el eterno problema que supone para la inmigración vasca a Euskal Herria su compleja vasquidad. Una señora a la que estimo y que vino a Euskadi hace dos generaciones hablaba hace poco de su permanente sensación de ser una vasca de segunda. Como es deducible sin mayor complicación mental, esta señora ha votado socialista. Precisamente en la exaltación de su voto surgió su reflexión acerca del ser o no ser vasco. Por mi parte traté de reequilibrarla haciéndole ver, al menos lo intenté, que este problema, que es el que también acongoja en la intimidad a no pocos seguidores del Sr. Montilla en Catalunya, no es problema grave si se reflexiona en lo que uno ha dado a su nueva tierra, pero al mismo tiempo en lo que ha recibido de ella, sin plantearse más complicaciones emocionales. La capacidad de extranjería grata o de adopción sincera resuelve el conflicto íntimo, que puede acabar, si no se supera, deteriorando sensiblemente el juicio político y otra suerte de reflexiones.

Recordemos, aunque sea meditación marginal pero sugerida a la vera del problema, la difícil situación en que vinieron a quedar los pieds noirs franceses cuando hubieron de abandonar Argelia dada su belicosidad contra los naturales de la nación argelina al lograr éstos su independencia. Creo que no hay nada más grato que establecer una buena relación esencial entre la tierra que nos recibe y nuestra voluntad de integración en la misma. Contra lo que se afirma, dada la elementalidad con que son redactadas muchas leyes y normas legales, no basta, para la adquisición de la nacionalidad profunda, con la solemne declaración de que «son vascos o catalanes todos los que viven y trabajan en Catalunya o Euskadi». Reuniendo ambas situaciones hay ciertamente una adquisición de ciudadanía, con sus múltiples y valiosos efectos y derechos, pero adquirir la vasquidad o la catalanidad, que es dimensión de etnicidad, como la españolidad por ejemplo, es labor de alguna manera lenta, geológica.

Estamos, pues, en un momento en que la metrópoli ha enviado un gobierno a Euskadi a fin de restablecer el control profundo de la colonia. El terreno electoral fue despejado antes con una serie de medidas de control y con eliminaciones que enturbian la democracia y, sobre todo, deterioran la libertad. Ya sé que hoy la democracia se reduce a una cuestión aritmética de sumar escaños en los parlamentos, aunque esa suma resulte transgénica, pero esto no remedia la herida profunda que produce el que los sufragios no se cuenten de acuerdo con su procedencia y con el auxilio añadido, claro está, de su número. Si el recuento se hace así parece innegable que el nacionalismo vasco ha ganado de largo estas elecciones del año 2009. Más aún, los votos que faltan son votos que adquieren una significación muy especial para saber realmente qué moral mueve al Estado español. Son votos obturados por una violencia de relieve agreste y bélico, ya que se trata de la violencia institucional ejercida mediante leyes, policías y tribunales que los vascos pueden juzgar como elementos de ocupación. Si lo consideran así los vascos, dudo que el criterio colonial con que se mueven los partidos españoles pueda producir bien alguno en Euskadi.

En esta operación de asalto, que las bases «populares» y las «socialistas» se verán obligadas a deglutir como una acre medicina, van a perderse muchos procesos de acercamiento entre vascos y españoles. Más aún, creo que las distintas familias nacionalistas vascas tenderán a considerar como propia para todas la ofensa inferida por la metrópoli. La rusticidad de la operación, que cobra más relieve por la prisa para ocupar la Lehendakaritza los que saben que no les corresponde, prisa absolutamente rapaz, debilita al socialismo e irrita a los nacionalistas. La historia demuestra que las victorias de esta clase son, como decía pomposamente un parlamentario, fogata de virutas y espuma de cerveza. Estas operaciones quirúrgicas, que no crean siquiera héroes entre los despojados del poder, suelen acabar como el rosario de la aurora.

Está claro que el Sr. Zapatero necesita alguna carta de triunfo en su deteriorada baraja, pero la carta de Euskadi, tal como la ha jugado, va a producirle más irritación entre los suyos que daño entre los afectados vascos. Ni siquiera valdrá pregonar que estamos ante el parte final de la guerra antiterrorista. Porque ese parte, que recuerda al que firmó Franco tras su agresión a la libertad y a la democracia, suele crear en los triunfadores una sensación de haber cometido un exceso inmoral y un afán radical de reconquista en los derrotados.

En política no siempre es acertado el empleo de la cirugía. De usar tales métodos hay que habilitar herramientas permanentes y dolorosas de represión para mantener su resultado y Euskadi está ya muy endurecida en esa suerte de historia. Incluso los políticos manejados por Madrid en Euskadi pueden verse envueltos en una dinámica que empuje a los vascos por caminos que, razonablemente, nadie desea. Ya veremos como salen los Sres. López y Basagoiti de esta sauna a la que ya empieza a escapársele el vapor.

domingo, 15 de marzo de 2009

La ilógica del cambio



La ilógica del cambio



Nadie en sus cabales aceptaría que a los padres de un niño con evidentes señales de maltrato, abusos sexuales, desnutrido y enfermo, se les confirmara su pretendido derecho a la custodia. Ni siquiera en el caso de que se confesaran arrepentidos de los hechos podría alguien que no fuese un canalla, permitir que ese niño siguiera expuesto a los mismos dolores y en manos de los mismos delincuentes, por más progenitores que se digan.

Al margen de las responsabilidades penales que la justicia determinase en el caso, esos padres son los menos indicados para criar y educar a un niño, y cualquier ciudadano sensato estaría de acuerdo en la necesidad de proteger a ese niño de sus padres.

Pero esa general repulsa que no acepta discrepancias en relación a un menor maltratado y violado por sus propios padres, no se expresa, sin embargo, con la misma lógica y contundencia, respecto a otros maltratos y atropellos.

En relación al cambio climático, por ejemplo, no hay cabales que valgan, ni justicia que intervenga, ni sensatez que hable o común que imponga su sentido.

Los mismos responsables de haber conducido al planeta al calamitoso estado en que se encuentra, de haberlo exprimido hasta la extenuación, de haber generado los cambios climáticos que hoy se lamentan y que apenas son los primeros síntomas del desastre que se avecina, se arrogan el deber y el derecho de reconducir los pasos de ese maltratado, hambriento y enfermo niño.

Los mismos responsables de haber hundido bancos y confianzas, de vaciar las arcas del estado para aliviar las penas del negocio, de quebrar economías y naciones, de haber despilfarrado los ahorros de millones de incautos, hoy se erigen en salvaguarda del desastre causado, hoy aseguran tener las soluciones de las crisis que han venido provocando, mientras multiplican los beneficios que les depara la ruina general y sus medios de comunicación hacen apología del más grosero despilfarro, del más absurdo consumo.

Pero nadie desconfía de su buena voluntad, de la bondad del modelo de desarrollo impuesto. El menor violado, maltratado, desnutrido, debe seguir a cargo de sus padres.

Los mismos intereses que han convertido la vida en un mercado, que han secuestrado todos los conceptos, que han precintado sueños y prostituido conciencias, que han desatado hambrunas y matanzas que son, al mismo tiempo, oráculos de Dios y del Diablo, fariseos que viven de la bolsa, torturadores con licencia, honrados genocidas, se otorgan el derecho y el deber de seguir guiando los pasos de ese maltratado, abusado y hambriento niño.

Y nos trazan, también, las normas de pensamiento y convivencia que deberá observar la ciudadanía para superar la amenaza terrorista, la amenaza del paro, la amenaza de la droga, la amenaza de la indigencia, la amenaza de la violencia, la amenaza de las nuevas amenazas que nadie como ellos conocen y practican.
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Ellos están, precisamente, para hundirnos y rescatarnos, para preservarnos de todos los peligros que su ambición desate.

Los grandes medios de comunicación se encargan de transmitirnos el relato. La gente, agradecida, asiente y reconoce la importancia del disparo preventivo, la eficacia de la bomba de rutina, lo oportuno de la guerra humanitaria, lo aconsejable que es la paz castrense, y celebra y aplaude la terapia puesta en práctica con ese niño maltratado, enfermo y hambriento.

Nadie pone en duda la exaltación de la mentira o la difamación de la verdad.

A ese niño violado, maltratado, vejado, hay que dejarlo con sus padres.


Cronopiando... Koldo Campos Sagaseta

martes, 3 de marzo de 2009

Nulidad, anulación y voto nulo



Ahora que se convocan elecciones para un nuevo parlamento autónomo en una parte de Euskal Herria resulta imprescindible recordar, aunque sea someramente, la memoria es más ágil con el tiempo más reciente, el escenario de esta última legislatura. Especialmente debido al tirano e interesado apagón democrático con la anulación de candidaturas abertzales.

Nulidad, calidad de nulo. Tan nefasto atributo es aplicable a una gran parte del repertorio de políticos del PNV, especialmente sus cargos más relevantes y en asuntos de suma importancia para el país. La gestión de la consejera de Cultura Miren Azcarate ha sido impresentable, nefasta. Ha fracasado rotundamente en el Plan Vasco de la Cultura, encubierto fraudes como el del Guggenheim y Balenciaga, desinterés absoluto en la protección de Praileaitz, la vergonzosa subvención a Kepa Junkera y su falsa y mezquina acusación al gran Mikel Laboa, engañando con el Día Internacional del Euskera que no existe, subvencionado en complicidad con el IMQ el proyecto Basque Team, en inglés, bajo un cartel en español, para 56 deportistas al servicio de España, responsable de la telebasura de ETB y su radio censuradora, la pérdida de autoestima y dignidad cultural en la declaración como Patrimonio Humanidad del Puente Bizkaia o el centenario de Oteiza, encubridora de la falsedad aducida para construir a capricho de la ingeniería Idom la sede para un Archivo Nacional Vasco en Bilbo propiciando el inconcebible derribo del notable edificio Besga, máxima culpable de la suspensión del partido de la selección nacional de Euskal Herria, etc. Un personaje para olvidar

La consejera de Transportes y Obras Públicas, Nuria López de Gereñu, se ha evidenciado como la personificación de la barbarie territorial, la destrucción de la naturaleza uno de los más preciados bienes de un país, una ecocida. Su demencial empeño con el TAV, ya ha ocasionado dos muertes, el trabajador portugués fallecido en las obras también era persona y con el absurdo puerto exterior de Pasaia son proyectos para agitar dinero. Complementa el trágico terceto de deplorables consejeros Javier Balza, la personificación de la represión política y la fiereza policial indiscriminada de la Ertzaintza aterrorizando a la ciudadanía, mostrada públicamente de nuevo el pasado 14 de febrero en Bilbo con el silencio cómplice del más españolista alcalde que ha padecido la villa desde el fascista Areilza, el bravucón Azkuna. Se anticipa que estas críticas originan vergonzosas e insospechadas venganzas profesionales y administrativas personales.

El Parlamento ha estado presidido por una alumna del deplorable Atutxa, Izaskun Bilbao, que ha dedicado y despilfarrado dinero público en homenajes a la autodenominada Guardia Civil, incluso en Europa, pero callada ante la tortura, ha impuesto por su iniciativa la bandera de España en la sede parlamentaria y decidió, sin mandamiento judicial, no pagar las subvenciones reglamentarias correspondientes al grupo EHAK. Por algo ha sido ensalzada por los medios de comunicación más reaccionarios y antivascos como El Mundo y la COPE. Aparece con tan brillante gestión en primer lugar de la lista del PNV por Bizkaia. Es dudoso que a un verdaderoy noble militante de este legendario partido, progresivamente devaluado, le complazca ver a esta claudicante persona como líder. Quizá sea una maniobra para relegarla.

Por todo ello resulta sorprendente, sino esperpéntico, la imagen del lehendakari Ibarretxe, rodeado de este sanedrín de traidores pactistas españolistas, Azkuna, Bilbao, Urkullu. Ortúzar, Greaves, Anasagasti, Imaz, etc. que cada vez que el jefe de las fuerzas armadas españolas profana nuestra tierra acuden entusiasmados a cortejarle. Hasta hace poco se opusieron y le abandonaron en la ilusionante propuesta de la consulta popular sobre el derecho de decidir, pero sólo en materia política. Curiosamente el PNV-TAV, es como una UTE para el negocio, evita en la campaña hablar de este corrupto proyecto antidemocrático por su demencial brutalidad ambiental, despilfarro económico e inutilidad social en realidad una impuesta servidumbre de paso de la linea Madrid–Paris, disfrazada de tren vasco intercapitales. Pero no se cansan de repetir, en unos medios sobornados, que tiene un gran refrendo popular. ¿Cuándo, cómo, dónde? Existe miedo a preguntar por que ni sus mismos simpatizantes comparten este naturcidio. Parecido puede decirse del desastre ambiental pretendido con el puerto de Pasaia o la planta de coke de Muskiz.

El aspirante al cargo, Pachi López, es un candidato cateto. En ningún país del mundo civilizado se puede concebir un aspirante a cargo público con tan precaria formación, con unas indisimulables carencias de formación, conocimiento, cultura, idiomas, argumentación, modos de expresión, etc .Una pobreza tan asombrosa como espantosa es una burla al elector. Su mismo apodo, propio de un oficio, tratamiento y ambiente popular ridiculiza a cualquier institución que pudiera dirigir. En definitiva, lo que el vulgo define como un tonto. No se puede olvidar su turbio pasado de animador y admirador de siniestros tipos como Vera, Barrionuevo, etc.

La existencia de provocadores como Rosa Diez, la cantinera del GAl, atacando a la esencia espiritual de un país como es la educación y su lengua es terrorismo social para incautos. Su sola existencia y presencia es un atentado con una indecente propuesta éticamente, social y culturalmente repugnante. En países más concienciados con su identidad y más vehementes en el rechazo de estas agresiones como Galiza y Catalunya tan esperpénticos elementos son respondidos públicamente de manera merecida, ostensible y contundente.

En este contexto de represión a la libertad de expresión política han sido anuladas dos opciones una plataforma D3M y un partido Askatasuna y no se ha visto ningún gesto palpable, adhesión a alguna manifestación del PNV, salvo hipócritas e interesadas declaraciones puntuales de alguno. Ahora vista la hecatombe, que se vislumbra, una impresionante pérdida de prebendas, intentan capturar algún voto despistado o sentimental. Ni un voto por compasión o seducido por la demagogia de unos caramelos con el envoltorio rojo y verde, ni tampoco por unas flores rojas envenenadas y con espinas aunque el repartidor se disfrace con boina vascongada. La txapela es otra cosa.

Históricamente los votos de los vascos independentistas de izquierda han tenido una extraordinaria y trascendental importancia para la supervivencia de este fragmento de país. No podemos olvidarnos de recordar. Son la consecuencia, la adhesión de decenas de miles de vascos que han comprobado reiteradamente durante décadas un trabajo real, tangible sin ningún titubeo de arraigo en la idiosincrasia colectiva, profundidad y sinceridad ideológica, visión global del país, la actividad sindical, solidaridad internacional, etc.

Lo apenas único sensato que se ha oído en la campaña, a EA, es la absoluta necesidad de suprimir la nefasta Ley de Territorios Históricos que anula la percepción de país, aunque reducida a tres herrialdes, y crea una inmensa cantidad de intermediarios políticos, de parásitos asalariados para repetir funciones como Juntas Generales y diputados forales, verdaderos caciques provinciales que con un populista discurso han fomentado la fragmentación y rivalidad interna del país. Tiene una enorme responsabilidad en la perdida de conciencia de ser vasco ya que anteponen su localismo. Un riguroso estudio del despilfarro de gestión y económico debería hacerse inexcusable e inmediatamente.

Cuando el PNV pierda la capacidad de gobierno, conocerá, si es que les interesa algo su identidad de nacionalistas y vascos, lo que significa la reivindicación por la autodeterminación de un país sometido a una insoportable dominación por España, sin apenas medios. Es probable que muchos se pasen al lado cómodo de la nueva situación. En su codicia por mantener el mando y el negocio es capaz de pactar con cualquiera ya que no tiene escrúpulos en compartir gobierno con gente como el PSOE o incluso el PP si es necesario, que ha estado agrediendo continuamente a una estructura esencial en la conformación de una nacionalidad: lengua, cultura e identidad. El delirio por perpetuar el poder propicia el regreso involucionista a períodos como el del desdichado Ardanza que tanto daño hizo al país.

Voto nulo. Es una acción muy positiva de conciencia personal y denuncia internacional ante este estado de represión total, de excepción y de expresión. Las papeletas de D3M han sido anuladas y prohibidas pero no invalidadas por su realidad social y quizá en algunos lugares no haya para explicitar este voto de oro. En este supuesto surge una pregunta. ¿Cómo se puede considerar un papel donde con vigor esté escrito PNV español, o se aceptaría cómo testimonio de una verdad indisimulable que tiene validez contabilizadora? ¿Y si en la hoja se lee PSOE=GAL, cómo un cierta reafirmación, es aceptable ya que singulariza a un partido o se elimina? ¿Y una que manifieste PP neofascista, expresión absolutamente veraz, se interpretaría como una cualidad complementaria que realza al citado grupúsculoy se admite? Finalmente, si uno aburrido de tantas siglas escribe Gora Estanislao Milikua, qué lectura tiene?

Lo que surja de estas elecciones no responde a una realidad social. Por primera vez desde la última dictadura una parte fundamental de nuestro pueblo tiene prohibidos sus derechos esenciales de elección política. Es una catástrofe histórica con gravísimas repercusiones para el pueblo vasco. Será por tanto un gobierno impuesto, inválido democráticamente e inaceptable éticamente que al menos durante cuatro años apelará a una continua insumisión civil y rebeldía social.

Iñaki Uriarte